lunes, 16 de mayo de 2011

Puntos de vista.



Bueno… ¿qué tal te va la vida Aurita?

-Muy bien querido, Armando y yo ya llevamos juntos tres meses, una semana, cinco días y, a ver…. 3 horas y media, estamos muy felices, estamos muy enamorados, casi todos los días hacemos el amor una o dos veces (“eh quieto parado, por aquí no paso, pero qué está ocurriendo, cuentas las horas transcurridas desde una formalidad absurda, qué pasa, ¿que antes de ese 25 de marzo a las 8 y pico de la tarde no erais felices y no hacías el amor sino que solo os dedicabais a follar y a intercambiar fluídos como dos animales primarios?, y ahora me miras y me hablas de amor con una mirada límpida y clara parapetada entre dos ojeras como dos girasoles resultado de una noche … ¿mágica?").

-Ah muy bien, me alegro por ti Aurita –dije con desdén desde el cálido banco de madera del parque mientras observaba una paloma moribunda que esperaba el momento de lanzarse a la calzada.

-Claro que sí, por fin alguien que me quiere por como soy, para celebrar nuestra primera semana de novios me llevó a un restaurante vanguardista y me regaló una flor de azafrán con guirnaldas doradas, ¡un detallazo!, para septiembre nos vamos a ir a París una semana, va a ser increíble, allí … paseando por los Campos Elíseos agarraditos y por la noche cenar con la Torre Eiffel iluminada de fondo, es l’amour … ¿verdad? (Claro Aurita, claro que te quiere por como eres, por tus caderas pardas y sempiternas, por tus pechos, pequeñitos pero con una morfología y una colocación indecibles, por esos labios carnosos y por tu encomiable candidez, a veces estúpida pero repugnantemente encantadora, que detalle ¿eh? Una flor de azafrán nada más y nada menos. Aunque esto tiene un pase lo que ya me parece inadmisible es oírte divagar sobre lo que haréis dentro de unos meses, cuando ya tu cuerpo no sea una selva indómita por someter, tras un verano de tentaciones en cada esquina en forma de cuerpos desnudos o camisetas mojadas, de pantalones ceñidos y minifaldas imposibles sobre pieles vivas de color caoba. Aprovéchate y da gracias de que aún los pensamientos ocultos de Armando no cristalizaron en actos y de que aún te puede exhalar un te quiero ahogado en la nuca tras un orgasmo placentero, un te quiero que aunque sea mentiroso no por ello es falso porque todavía lo dice con sentimiento. Pero no, por favor no te engañes, somos amigos de hace mucho y te veo dirigiéndote sin opción hacia el precipicio, tu belleza es tu principal hándicap, así que no te engañes, las desavenencias de tu carácter tus caderas la metabolizan en poesía, nunca te verán como un igual sino como un camino de autosatisfacción, maldita candidez...).

No hay comentarios:

Publicar un comentario