jueves, 2 de junio de 2011

Los de aquí y los de allá.

Somos aquellos que nos acompañan y también los que en su día nos acompañaron, los que nos dejaron y los que hemos ido dejando, siempre en movimiento, nunca quietos, repartiéndonos por todos los que algunos vez fueron y reservándonos para los que más adelante serán, somos los que ya han venido y los que nunca volverán, los que volvieron y los que aún están por llegar, puede que tú los hayas olvidado, egoísta o merecidamente, con rencor o filantropía, con una puerta entreabierta o un muro inexpugnable, o puedes que seas tú mismo el olvidado de otro en el pasillo en que se hace este juego en el que unas pocas veces ganamos y otras tantas agonizamos. Somos los que fuimos y los que volvimos, los que partimos y los que tornamos,  los que borramos y los que recordamos, los que nos siguieron y los que desistieron unas manzanas más atrás,  los que sentimos y los que nos sintieron.
Me ahogo en este mar de lazos cruzados, me agobio con la instalación de los nuevos nexos que están por crearse, me aferro a los hilos que me hicieron gozar como si fuera una marioneta en busca de su cautiverio, y tiro de esos otros que necesito aunque a veces parezcan querer escapar como perros desbocados. Me aferro a ti sin resignarme a flojear porque sé que puede ser mi última oportunidad, y al mismo tiempo me intento soltar de otras cuerdas que me intentan ahogar.
En cierto modo soy los de aquí pero también soy los de allá, soy el de las mil conexiones y el de las ningunas connotaciones, y otras veces, solo algunas, todo lo contrario. Soy todo aquello que quiero ser y sin embargo todavía no he sido nada, soy también el que necesita salir y al mismo tiempo sueña con entrar, el ilusionado que espera cruzar el mar y al mismo tiempo el infeliz que desea retornar, me parezco al llanero solitario que huye por la tangencial con una sombra de príncipe al que no dejan amar, soy el que da las flores y también el que las quita, soy el rey lagarto, parto y reparto, y soy el bufón ciego en el reino de los tuertos. Porque unas veces nos toca ser todo y otras, desgraciadamente, no ser nada, unas veces ser amo y otra marioneta, unas veces dar y otras recibir, unas veces dañar y otras sufrir, unas veces ganar y otras perder, unas veces amar y otras llorar.

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